Educación sexual y oportunidades: caminos para erradicar el embarazo y niñas y adolescentes

Antioquia sigue a la cabeza en el país en casos de embarazos en niñas, adolescentes y jóvenes, entre los 10 y los 19 años. Detrás de las cifras hay rostros que dan cuenta de los altos costos de ser madres y padres antes del tiempo ideal para cada uno.

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FOTO: Daniela Betancur IG: @XDANIELABETANCUR

Imagine a una niña que nace y crece en un hogar cualquiera de la ciudad. Imagine sus sueños e ilusiones, entremezclados con juegos y el paso por la escuela. Imagínela terminando la primaria. Ahora imagine que, sin siquiera acabar el bachillerato o poco después de graduarse, queda embarazada. Piense en los cambios físicos, en la barriga que crece sin pausa, en las complicaciones para seguir estudiando, en las pocas opciones de cumplir sus pasiones artísticas, deportivas o sociales y en las preocupaciones económicas y emocionales que, a su temprana edad, no debería tener. Piense en el día del parto y los riesgos que ese nacimiento representa para su propia vida.

Esa es la realidad que viven todavía muchas niñas y adolescentes de Medellín, una realidad que no es ajena a la del país, pero que ubica al departamento en los primeros lugares en número de casos, según las estadísticas oficiales. Las cifras hablan por sí solas: Antioquia sigue a la cabeza en embarazos de adolescentes y jóvenes entre los 15 y los 19 años, así como de niñas entre los 10 y los 14 años, estas últimas, edades en las cuales estos se configuran como producto de delitos sexuales, incluso cuando no son de forma violenta. Muchas veces los responsables son sus propios familiares o personas cercanas.

Según las cifras públicas más actualizadas del Dane, en todo 2019, en el departamento se registraron 13.766 embarazos en niñas, adolescentes y mujeres jóvenes entre los 10 y los 19 años. En 2020 fueron 12.887; en 2021 fueron 12.773 y entre el primero de enero y el 31 de octubre de 2022, último corte de la entidad, se reportaron 9.175, es decir, falta registrar el último trimestre del año pasado.

Pero los números también tienen rostros. La mayoría de las protagonistas de embarazos a tan temprana edad, tema que no debería volverse paisaje, terminará asumiendo costos y riesgos altísimos para la salud física y emocional, el desarrollo personal y profesional y la autonomía económica.

De acuerdo con los expertos en el tema, es muy probable que muchas alcancen como máximo grado escolar el bachillerato, lo que les resta posibilidades de obtener empleos formales y bien remunerados. En concepto de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), esto también aumenta los riesgos de caer en relaciones violentas, “basadas en desigualdades y estereotipos tradicionales atribuidos a su edad y su género”.

De las 48.601 madres entre los 10 y los 19 años en el departamento, entre 2019 y octubre de 2022, 45.085 tenía como máximo grado educativo el preescolar, la primaria o la secundaria, según el reporte más actual del Dane.

Los costos de ser madre adolescente


Vuelva a imaginar a la niña del principio, las oportunidades, el acompañamiento y la educación sexual que tuvo. Piense en el momento en el que se entera de que tendrá que criar un niño que bien podría ser su hermanito. ¿Cree que tiene la madurez para suponer siquiera qué significa una crianza? ¿Podrá ella misma comprender que su vida cambiará para siempre?

Las niñas y adolescentes se enfrentan durante el embarazo y el parto a complicaciones que ponen en riesgo su salud, algunas tan graves que pueden terminar en la muerte. Pero los bebés de estas madres también tienen mayores riesgos de morir antes o durante el parto, o de nacer con bajo peso. Esto, sin contar que ese recién nacido llega al mundo en desventaja para lograr un desarrollo óptimo, sin olvidar tampoco que lo que se haga en los primeros cinco años de vida de un niño o niña es determinante para su futuro.

Por otro lado, para madres y padres tan jóvenes no es fácil costear los gastos que implica un bebé, dando por sentado que también necesita una crianza amorosa y adecuada. Suponiendo que los primeros seis meses el niño o niña es alimentado exclusivamente con lactancia materna, como debe ser, la alimentación ese tiempo es gratis. Pero no siempre ocurre así y los bebés, antes de los seis meses, empiezan a tomar aguapanela con leche o leche en polvo, pero no siempre con fórmula materna, porque es más cara. Las posibilidades de que este bebé crezca con problemas de nutrición y de salud son altas, otro síntoma de las desventajas con las que llegan al mundo.

Pero los gastos van más allá. Solo los pañales, a menos que sean reutilizables, suman un importante rubro. Ximena Norato, directora de la Agencia Pandi y experta en niñez, sostuvo que a un recién nacido se le debe cambiar el pañal por lo menos seis o siete veces al día y, aunque disminuye un poco esta frecuencia con el paso de los meses, sigue siendo un gasto importante.

Esto sin contar la ropita, que deja de servirles muy pronto; los alimentos para complementar la lactancia materna hasta los dos años y luego para mantener una buena nutrición; los pasajes para llevarlo a vacunar, a los controles médicos o al jardín infantil; los días de juego y recreación; y los útiles escolares, entre otros implementos. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce hoy el embarazo adolescente como un factor determinante en perpetuar la pobreza en varias generaciones. Habrá excepciones, pero es la tendencia.

Esta situación, considerada un problema de salud pública, es la oportunidad para reflexionar sobre las acciones que pueden llevar a Medellín y Antioquia a disminuir a los casos mínimos el embarazo adolescente. Son varias las iniciativas públicas y privadas que se realizan, pero aún no son del todo suficientes. Es una tarea que requiere el compromiso del Estado, la escuela, la sociedad y la familia.

La educación sexual es uno de los grandes retos porque permite a niñas, adolescentes y jóvenes tomar decisiones libres e informadas sobre lo que significa un embarazo para la salud y el futuro de cada una. Educación que también debe incluir a los niños y adolescentes hombres, tal como se ha hecho con algunas campañas locales en distintas administraciones, incluida la actual.

Pero, además, deben ser iniciativas que les permitan a niñas, niños y adolescentes materializar sus sueños y construir proyectos de vida con decisiones conscientes, como el momento ideal para tener un hijo, pero también estudiar lo que desean, aprender a pintar, a cantar, a bailar, a patinar o a practicar la actividad en la que quieren soportar su futuro.

Medellín no es ajena a la Agenda 2030, para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), contempla acciones encaminadas a eliminar la pobreza, mejorar el acceso a la educación de calidad, garantizar servicios de salud dignos y universales y lograr la igualdad de género, como aspectos que inciden directamente sobre eventos de alto impacto, como los nacimientos en niñas y adolescentes.

Algunas recomendaciones


El Icbf recomienda reportar este tipo de embarazos en centros zonales, comisarías de familia y, en caso tal, autoridades indígenas tradicionales. No hay que perder de vista que un embarazo en menor de 14 años es consecuencia de un abuso sexual, por el cual se puede activar una ruta de atención en las 72 horas siguientes. Se debe denunciar penalmente, a través de la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo. También acudir al servicio de urgencias médicas más cercano y las autoridades administrativas (en el caso de las localidades), además de los procesos de restablecimiento de derechos. Estaciones e inspecciones de Policía también atienden estos reportes.

Profamilia cuenta con programas de prevención del embarazo no deseado en el departamento, además de una red de 50 clínicas especializadas en salud sexual y reproductiva que prestan atención a este tipo de embarazos en el país. Hay atención telefónica, mediante la línea nacional 3009124560 y la línea Mía, 3009125231. A través de WhatsApp, se presta atención por medio de los números 3185310121 y 3187351722. En las sedes físicas también se puede solicitar orientación.

5 Comments

  1. There's good news, and there's bad news. The bad news is, it's not the drug. You're here, in the astral plane. You went too far in the make believe and got lost in your mind, consciousness, and now you're trapped in this, no place. Where every day is the same, where you can imagine yourself a kingdom. but nothing is ever real.

    1. And what's the good news?

      1. I'm not alone anymore.

  2. It's just Thursday. Like the 260th Thursday as a passenger on the cruise ship "Mental Health." On the plus side I've mastered eating with a spoon.

  3. I know, I don't have to be afraid. But I am because look at you. All of you. You're gods, and someday you are going to wake up and realize you don't have to listen to us anymore.

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